jueves, 27 de septiembre de 2012

HACIA UNA HERMENEÚTICA CONTEXTUAL (3ª parte)


(viene de la 2ª parte)


b. El acercamiento científico


Para el que tenga comprensión aunque sea superficial del papel de la historia y la cultura en relación con la exégesis bíblica, la importancia de los estudios lingüísticos e históricos para la interpretación de la Escritura es algo que resulta obvio. Si el tema central de la Biblia es la acción de Dios en la historia que alcanzó su culminación en la persona y la obra de Jesucristo, luego es imposible entender el mensaje bíblico aparte de su contexto histórico original. La materia prima de la teología no la constituyen conceptos abstractos, ajenos al tiempo, que pueden tomarse meramente de la Escritura simpliciter como la Palabra de Dios, sino más bien un mensaje cuya narración o interpretación están coloreadas por las culturas semíticas y greco-romana de los autores bíblicos. Por lo tanto, una de las tareas básicas de la teología es la construcción de un puente entre los lectores u oyentes contemporáneos y los autores bíblicos valiéndose del método histórico, cuyo supuesto básico es el de que la Biblia no puede entenderse aparte de sus contextos históricos originales.


Este es el acercamiento que adopta una gran mayoría de los eruditos bíblicos que se dedican al estudio académico de las Escritura. Pero es también el acercamiento que prefieren los cristianos cultos interesados en "el estudio serio de la Biblia" (por contraste con la simple lectura de la Biblia). ¿Qué hemos de decir en relación con este acercamiento?




1. El interés principal del intérprete está en entender el mensaje bíblico, orientado por la convicción de que lo que se necesita para que dicha comprensión sea posible es volver al Sitz im Leben de los autores bíblicos. Por lo tanto, su esfuerzo consiste en extraer, por medio de la exégesis histórico-gramatical, aquellos elementos más universales que el antiguo texto de la Escritura transmite. Dichos elementos pueden luego aplicarse a los lectores u oyentes modernos, pero a esta tarea se la concibe generalmente como una tarea que se desarrolla fuera del campo de la erudición bíblica, y que debe reservarse para los predicadores o los escritores devocionales. El proceso de interpretación es el que se sugiere en el Diagrama 2.




2. El valor de este acercamiento está en que da relieve a la naturaleza histórica de la revelación bíblica. En cierto modo, la interpretación bíblica amplía el abismo entre la Biblia y los lectores y oyentes modernos. Al hacerlo, no obstante, da testimonio del hecho de que la Palabra de Dios hoy tiene que ver con la Palabra de Dios que fue dicha en los tiempos antiguos por los profetas y apóstoles. A menos que el intérprete moderno permita que el texto hable a partir de su situación original, no tiene ninguna base para sostener que su propio mensaje tiene continuidad con el mensaje registrado en las Escritura. Si los eventos de la revelación y su interpretación, que constituyen el contenido de la Escritura, se han de tomar seriamente, entonces, ningún intérprete tiene derecho a dedicarse libremente a la eiségesis: su tarea consiste en actualizar el pasado, y la actualización está relacionada con acontecimientos históricos únicos que están inexplicablemente ligados a significados normativos (si bien no exhaustivos) y son contemporáneos de todas las generaciones subsiguientes.


3. La limitación del acercamiento científico a las Escrituras per se está en que supone para el intérprete una "objetividad" que (como sostiene la "nueva hermenéutica")[1] es tanto imposible como inaceptable. Imposible, porque inevitablemente el intérprete se acerca al texto con presupuestos que colorean su exégesis. Inaceptable, porque la Biblia sólo puede entenderse correctamente en la medida en que se lea en una actitud de participación y se le permita expresarse en relación con la situación en que uno se encuentra. La tarea hermenéutica no consiste solamente en definir el significado original del texto. Además el intérprete no puede suponer que el único contexto histórico concreto que tiene que tomar en cuenta es el contexto histórico relacionado con el texto, como si él mismo fuese un ser ahistórico. La hermenéutica tiene que ver con la transposición del mensaje bíblico de su contexto histórico original al contexto histórico del intérprete moderno, de modo tal que el texto escrito en el pasado haga un impacto en el presente.


El acercamiento de la crítica histórica está en bancarrota puesto que no ha logrado que en la interpretación de las Escrituras el pasado cobre vida e ilumine el presente.


La tarea hoy es cultivar un acercamiento que permita que la fe cumpla una función crítica en relación a la crítica bíblica.



[1] Sobre los valores positivos y las limitaciones de la "nueva hermenéutica", véase A. C. Thiselton, "The New Hermennutics". New Testament Interpretation. Howard Marshall, ed. Exeter : The Paternoster Press, 1977. pp. 308 ss.


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